Me pongo en camino, Señor.
Dejo atrás las sendas habituales por las
que transito cada día, y me convierto en peregrino.
Quiero aprender a caminar de un modo nuevo,
ligero de equipaje, abierto a la sorpresa del encuentro,
buscando tus huellas en paisajes, rostros y lugares.
Quiero levantar la mirada y buscar allá en el horizonte el signo de tu Cruz,
esa Cruz que en Caravaca me espera, con los brazos abiertos para acogerme,
dispuesta para abrazarla y enviarme de nuevo,
con su fuerza, al camino de la vida.
Señor, me pongo en camino. Amén.